miércoles, 31 de diciembre de 2008

Esto no es un ninja,

es mi churumbel, que como podeis ver, esta perfectamente integrado en el
paisaje.
Hace muy bueno, -10, inusualmente cálido, pero tenemos ventisca.
Mañana, esqui de fondo y de comida, reno.

viernes, 26 de diciembre de 2008

El mejor muerto

"Best Man Fall" no significa en absoluto "Cae el Mejor" sino "El mejor Muerto". Se trata de un juego infantil en el que gana el que mejor se hace el muerto cuando sus compinches le asesinan figuradamente.

Ese es el título del #11 del volúmen 1 de Los Invisibles, y hace referencia tanto al juego que practicaban Fred Murray y sus amigos, de niños, como a la propia muerte de Freddie, que es abatido a tiros por King Mob en el #1 de la serie.

En este episodio, aquel tiroteo -que era casual y cuyas víctimas eran anónimas- se revisita desde el punto de vista de una de las víctimas. Me resulta muy interesante por múltiplestortuosasrecónditas razones:



1) Descomoditización: Uno de los temas recurrentes de Los Invisibles es la comoditización e indiferenciación de las personas. Es habitual en películas, novelas y tebeos objetualizar y minimizar a los personajes no centrales. Los malos las espichan como Pindonguito y a esto no se le da ninguna importancia ni emocional ni intelectual. La existencia de los malos sólo sirve para que mueran en un momento dado y hagan así avanzar la peripecia. Aquí se hace un interesante cambio de perspectiva por el cuál sabemos bastante más del soldado anónimo que muere en sus primeros cinco minutos de participación en la historia que del glamuroso héroe que no es más que un estereotipo pop.

2)Relativización. Resulta que Fred Murray es una persona con una vida detrás, vida que por cierto tiene todos sus momentos cumbre precisa y emotivamente condensados en las páginas de la historieta en cuestión. Y no es un tío tan malo. Como no podía ser de otra manera, no es sino producto de sus circunstancias. Sin embargo, en su trabajo, uno más, proletario donde los haya, llegá un gachó asesino impío que arrasa Harmony House como un desastre natural y pone fin a una vida cutre pero individual. ¿Quién es el malo ahora? ¿¿De qué lado estás??

3)Recapitulación. Es público además de incomprobable que cuando uno está muriendo, toda su vida desfila rápidamente ante sus ojos. El término técnico que en psicología describe este fenómeno es "recapitulación". Y esta es la técnica que se utiliza para contarnos la vida de Fred Murray, con saltos en el tiempo atrás y alante y presentando algún acontecimiento que ya ha ocurrido o que ocurrirá más adelante, desde el punto de vista personal de Freddy. La verdad es que el guión de este episodio es técnicamente perfecto y nunca he visto una narración condensada de precisión tan milimétrica. Este es uno de los episodios que le hacen a uno quitarse el sombrero y soñar con que Míster Morrison alcanzara habitualmente estas cotas y no fuera tan irregularmente Míster Morrison.

4) Interconexión. En Los Invisibles, todo está conectado. Todos los acontecimientos ocurren simultáneamente y cualquier personaje en cualquier momento de la serie puede ver o escuchar espejismos o resonancias de otros acontecimientos. A veces hay que estar despierto para pillarlos. Aquí hay uno que me es muy querido: Cuando Freddie está en la cuna con su muñeco, se oye una voz: "Eddie dice que le llame Booby" (Eddie says to call him Booby) y como resultado Booby pasa a ser el nombre del muñeco. Lo que Eddie decía en realidad, a otro personaje y en otro momento, era que rezase a Buda (Eddie says to call on Buddha, que suena muy parecido a Eddie says to call him Booby). Hay que leerse otros treinta episodios para entender esto, lo cual da que pensar que la improvisación y el caos que parecen gobernar el proceso creativo de Míster Morrison no son tales.


5) Todas las anteriores. La portada es:
-el emblema de la RAF
-el soldado como diana (comoditización)
-la imagen de Fred Murray con la camiseta de su asesino de fondo. Podemos observar esta en una de las últimas portadas del volúmen 2, que reproducimos aquí. Por cierto, aquí está ensangrentada como por heridas de bala (Del Brit Pop hablamos otro día).












Cambiando de tema: Diciembre, mitad de posts, doble audiencia. De seguir la progresión, pronto viviré de la publicidad. Os quiero.

Ah, y me voy a Laponia. ¡Que os den!


sábado, 20 de diciembre de 2008

Ciencia elemental


Ya sabéis que Los Invisibles es uno de mis tebeos favoritos. Es tan... no se, finisecular. Como un videoclip: denso, contradictorio y superficial. Mirad qué portada de Brian Bolland. Me parece, además de sexy, técnicamente interesante con la mezcla de fotografía y pintura.

Corresponde al #18 del Volúmen 2, que forma parte del arco argumental "Ciencia Negra 2". Las dos historias de Ciencia Negra corresponden a sendas infiltraciones de los Invisibles en la base secreta del ejército de Dulce, en Nuevo México. Allí "Ellos" (La Conspiración) tienen guardadas las cosas que no quieren que conozca la opinión pública.

Hoy me quería detener un segundo en los títulos de los episodios. Son interesantes:

Episodio 1: El Sueño de Newton
Hace referencia a la anécdota (probablemente apócrifa) según la cuál Isaac Newton tuvo la revelación de su teoría de la Gravitación Universal (vulgo la Gravedad) cuando estaba dormido debajo de un manzano y le cayó una fruta en la cabeza. Probablemente el título tiene que ver también con que en el episodio, juega un papel estelar cierta máquina del tiempo: El viaje temporal es imposible según la física newtoniana, por lo que su existencia requeriría que las leyes de la física clásica estuvieran en suspenso o, dicho de manera metafórica, que Newton estuviera durmiendo. Por último el título también puede hacer referencia a cierto pasaje del episodio por el que van desfilando otras de las manzanas simbólicas más famosas de la historia. Entre otras:
  • La de la Discordia. Esta es aquella en la que la diosa Eris inscribió "Para la más bella" y que acabó desencadenando la Guerra de Troya.
  • La de Blancanieves. La manzana envenenada que le da la bruja. Ya sólo recuerdo la versión de walt Disney. Lamentable
Episodio 2: Los Monstruos de Einstein
Además del título de un libro de Martin Amis, tradicionalmente se denomina monstruos de Einstein a las armas nucleares o bombas atómicas, puesto que su producción es posible gracias a los desarrollos de la Física en las primeras décadas del siglo XX, de los que los de Einstein son los más conocidos y paradigmáticos. Una parte importante de la compleja cosmología de Los Invisibles se basa en que la primera Bomba atómica produjo una disrupción en el continuo espaciotemporal por el que llegó a nuestro universo un ente. Este ente estuvo guardado en Roswell y ahora está en Dulce, y el Gobierno siempre lo ha ocultado y negado su existencia. Por cierto que el científico que más contribuyó a la construcción de la bomba atómica fue Alan Oppenheimer, que había trabajado con Einstein y que cuando la vió explotar dicen que citó las palabras del Bhagavad-Ghita: "Me he convertido en la Muerte, en el Destructor de los Mundos". Este momento está adecuadamente recogido en Los Invisibles.

Episodio 3: Los Perros de Pavlov.
Nos alejamos aquí de la Física para apenas rozar la superficie de la psicología conductista. El experimento de Pavlov consistía -explicado de manera burda y breve- en que acostumbró a un grupo de perros a que sonaba una campana cada vez que les iba a dar de comer y al cabo del tiempo los perros comenzaban a salivar cuando sonaba la campana, independientemente de que viniera la comida. Desde este experimento, el "perro de Pavlov" ha quedado como antonomasia del comportamiento predecible generado por el condicionamiento y el entrenamiento. la relación del título con la historia queda clara con las primeras palabras de ésta:

-Primero y más importante, aunque penséis otra cosa, sois máquinas. Robots biológicos, operados por impulsos eléctricos y espasmos químicos. Ja, Ja.
Podemos conduciros como a coches...

Episodio 4: Los Gatos de Schrödinger
El Gato de Schrödinger es un experimento intelectual ideado en 1935 por el físico del mismo nombre para ilustrar uno de los conceptos más básicos pero más antiintuitivos de la física cuántica: el Principio de Superposición. Un sistema cerrado puede ser descrito por una función matemática que especifica la probabilidad de que esté en cada uno de sus estados posibles. Cuando el sistema no interactúa con el exterior su realidad es simultáneamente todos los estados posibles. Es sólo al observarlo cuando el sistema "colapsa" a un único estado particular de los posibles. Si se repiten las observaciones, la frecuencia con la que el sistema colapsa a cada uno de los estados es igual a la probabilidad de cada uno de ellos según la función matemática que describe al sistema, con lo cual no nos queda sino concluir que "de alguna manera" el sistema está en todos los estados posibles simultáneamente.

El experimento-gato de marras es -y plagio aquí de la Wikipedia por brevedad y comodidad- un sistema formado por una caja cerrada que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una partícula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse y un dispositivo que, si la partícula se desintegra, rompe la botella y produce la muerte del gato.

El estado del gato, o sea si está vivo o muerto, queda descrito por la función de onda de la partícula radiactiva. Si abrimos la caja, el gato estará totalmente vivo o totalmente muerto pero si no la abrimos, sólo lo podemos describir como vivo y muerto simultáneamente (dos estados superpuestos). ¡Buf! ¡Vaya tripi! ¿y el gato, qué opinará de todo esto?

La relación con el episodio y con los invisibles en general es que al final no sabemos qué es real y qué ficticio y en el fondo da igual porque todo es en parte real y en parte ficticio, al mismo tiempo.... como el personaje que se escribe a sí mismo en la historia que está contando...

Namu Amida Butsu...

jueves, 11 de diciembre de 2008

Corto Maltés Desencadenado


Estudiante mediocre y con problemas de disciplina en los colegios.

Participó -del lado del ejército británico- en la última (189x) carga de caballería que merece ese romántico nombre, contra las tropas del Mahdi (مهدي) sudanés Muhammad Ahmad.

Fue hecho prisionero por los boers en Sudáfrica, de donde escapó cruzando medio país en bicicleta hasta llegar a territorio amigo.

Estuvo de corresponsal en la Guerra de Cuba, ocultándose en los bosques con una columna de guerrilleros.

Participó activamente en las negociaciones de la independencia de Irlanda.

Como buen romántico, fue más o menos fiel a su esposa. Como buen aventurero, tuvo una relación platónica que duró años con otra mujer, política e hija de su colega.

Entró en política. Fue expulsado de varios partidos.

Fue Ministro de Interior, de Exteriores, de Economía y Hacienda, de Marina, de Guerra.

Envidiosos y mezquinos le costaron la carrera varias veces. Por ejemplo cuando consiguieron que la opinión pública le atribuyera el desastre de Gallipoli en Turquía, durante la Gran Guerra

Luchó en las trincheras en Bélgica en la primera Guerra Mundial, a petición propia. Fue su respuesta existencial una de las veces que cayó en desgracia política.

Inventó el tanque. (al menos fue el ministro capaz de entender cómo el blindado iba a cambiar la guerra y consecuentemente puso los fondos para su desarrollo).

Denunció la tiranía y a sus compatriotas por ser tolerantes con ella y consiguió, volviendo del ostracismo político, dirigir a su país en una guerra cruel, sin esperanza, en la que casi sólo él creía, contra un enemigo mucho más poderoso.

Y ganó.

Como recompensa sus compatriotas no le reeligieron tras la guerra y le condenaron otra vez al olvido y al ridículo.

Su penúltimo chiste fue ganar el Premio Nobel de Literatura: ¡él! que sólo aspiró a ser un hombre de acción y que sólo escribía para mantener el nivel de vida de su familia.

Todo lo anterior es cierto. Excepto el nombre. No se trata de Corto Maltés sino de Sir Winston Spencer Churchill. Sí, el del puro, el sudor y las lágrimas. El de esta foto.

Lleva desde su muerte pensando en qué se reencarna. A estas alturas todavía tiene dudas entre derviche, pirata somalí, feyadin, ejecutivo de Lukoil o trabajador de los muelles de Shanghai.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Speculum Animae

Concepto, impacto, guiño, resumen, chiste, mapa.

Difícil arte el de las portadas. Hoy no de tebeos (siempre me quedaría con Watchmen...), sino de discos.

No voy a hacer una busqueda exhaustiva sino a poner las primeras que me vengan a la memoria como las mejores.
A ver...
Puedo ver tu casa desde aquí. Irreverente, graciosa, pegadiza, inolvidable y, como buena portada, puede tener dentro muchas historias distintas. ¿La música? No la recuerdo. Nunca fui muy de Camel. Además no ha envejecido demasiado excepto el casco del astronauta que es muy años setenta.

Una clásica más vista pero a la que tengo mucho cariño porque a menudo la uso en conferencias.
¿Crisis? ¿Qué crisis?

Total. Y de una actualidad estremecedora. Creo que representa Europa y su estado del bienestar (ja, ja). ¡Qué curioso! Las crisis: 1929, 1973, 1992, 2001, 2008. ¡A ver si va a ser verdad que el tiempo se va acelerando a medida que nos acercamos al Fin del Mundo, como se sostiene en Los invisibles! ¿La música? Mala, mala.

Ya sabéis que soy muy del minimalismo. Tal vez por esto, me quedo con la portada de Veneno
Simple, directa, rápida, como esnifar éter. Y sin embargo, como buen objeto posmoderno, funciona a varios niveles, ya que si os fijáis un poco más se trata de una tableta de hachís marcada al fuego, o tal vez es de chocolate, que es veneno para el hígado y para tu corazón. La música no se si es buena pero junto con otro puñado de discos como La Leyenda del Tiempo, de Camarón, marcó el comienzo del fin del aislamiento repetitivo y tardofranquista del flamenco, la rumba y otros sones que me son muy queridos y que hasta entonces estaban confinados al ghetto tradicionalista y folclórico.

Y por último, Noche perfecta en Londres

Aunque hay que ser un icono del rock para que un primer plano de tu rostro sesentón funcione como concepto. ¿La música? Un paseo por el lado bestia.

Claro que se puede juzgar a un libro o a un disco por su portada. Por supuesto que se puede. Lo que pasa es que te equivocas mucho.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Con lo bien que habría aprovechado el tiempo viendo "Corazón, corazón" y comiendo palomitas

Una deleznable pérdida de tiempo. De record del mundo. Pocas veces me he sentido tan desilusionado.

Con lo listo que es el Brad Meltzer, con lo bien que escribe en las raras ocasiones en las que se esfuerza en ello, con el sentido del ritmo y de la composición que tiene, ¿cómo puede tener la poca vergüenza de venderse al Becerro de Oro de esta manera tan descarada y perezosa?

La novela es mala, sin paliativos. Mal escrita, mal ideada y mal estructurada. Incluso para ser un best-seller del tipo political-thriller.

Pero lo que más me indigna es que es tramposa: Un fondo muyyyyyyy superficial sobre la francmasonería, porque toca, porque estas cosas le molan a la gente y porque es muy rollo DaVinci. ¿Cómo puede tener el morro en la Nota del Autor final de vanagloriarse de lo serio de su investigación? Pero si esa investigación se hace en Google en quince minutos, chaval.

Los personajes de la novela se reparten a partes más o menos iguales entre los oligofrénicos y los caricaturescos. Como si los hubiera comprado en el hiper a tanto el kilo.

En suspensión de la incredulidad, cero pelotero. Puedo creer sin esfuerzo en marcianos telépatas si se me entra por las buenas, pero un tirador de élite esquizofrénico profundo (no es hipérbole ni metáfora) al que le cuentan cuatro cosas manipuladas de su infancia y acepta como misión de su vida asesinar al que le conviene al malo, pues rebasa mi credulidad incluso mientras estoy intentando tragarmelo. Ah, sí, claro, y los malvados alternan entre maquiavélicos y tontosdelculo consumados según las fases de la luna. Tampoco me lo creo.

Por lo menos en los de Tom Clancy aprende uno de submarinos (no es coña, os lo dice un ex-oficial de la Marina de Guerra), pero en este como mucho aprendes de... bueno, de nada.

Sólo hay tres cosas positivas que señalaría:

  • Sigue sabiendo hacer ese truquito de que al final de cada capítulo acabe alguién colgando de algún acantilado.
  • Hay un momento paranoia del tal Nico Hadrian, que está el hombre con sus alucinaciones y tal y por momentos me sentía en Elektra: Asesina de Miller y Sinkiewicz. Mira tú, lo que he sacado en limpio de todo esto es que me lo voy a releer.
  • Aunque hay momentos en que dudas, en un momento dado termina. Juro por mis cuelnos que este es el último libro que me termino sin que me guste. Que le den al belog.

Adjetivos de la prensa americana para The Book of Fate: paced like lightning, knucle-biting",terrific, fascinating, well-researched, highly-inventive, enthralling, enjoyable,suspenseful, astounding, electric (?), rip-roaring, unforgettable, explosive, wild, entertaining. Pa' gustos, los colores.

Y fíjate en que el trabajo que hizo en Identity Crisis me parece cojonudo. De hecho es la única de todas las Crisis que me parece que vale para algo más que para poner un poco de orden en una continuidad que claramente se había ido de las manos o para intentar encontrar alguna perla en el mulandar de personajes secundarios generalmente sin gracia alguna. El trabajo de Meltzer en Identity Crisis es fresco, novedoso, original y como varias veces más interesante desde el punto de vista de la narración y de los personajes que el estándar en estos tebeos. Creo que le prestaron la franquicia de la Liga por el éxito de esta miniserie. De esa época solo me he leído The Tornado's Path. No está mal, pero no le llega a la crisis.


Brad Meltzer, Stick to the League, My Friend, stick to the League...

martes, 25 de noviembre de 2008

Cóctel de berreas

Estoy disperso, pero por mantener mínimamente la llama:


Greguería #5: Seda, que no terciopelo

Me pregunto: ¿quién tradujo el memorable Like a Velvet Glove cast in Iron de Daniel Clowes por Como un guante de SEDA forjado en hierro? A lo mejor le daba grima el terciopelo o tal vez su imaginería personal era más de puños y sedas: Traduttore, Traditore, o como se diga.


True Blood S01E07


Acabo de ver el capítulo 7. Esta serie merecerá muchos posts en el futuro inmediato: Sexo, racismo, drogadicción, vampiros, exorcismos, asesinatos, sexo, paletos, hombres lobo, sexo ... Todas las cosas que os gustan, queridos friquis. Aunque sea yanqui, aunque le sobre un poquito de Lestat y unas gotitas de Buffy cazavampiros, os encantará.


The Book of Fate

Esta novela de Brad Meltzer me está durando mucho y, claro, no está bien criticarla sin haberla acabado. Me la compré porque me pareció muy interesante Identity Crisis y quería ver cómo se defendía éste sin viñetas. Así que no la voy a criticar. De momento.


Leyenda Urbana #17: El calentamiento global

Se que no voy a exponer un punto de vista muy popular pero. Esto no es científico. No hay pruebas, no existe. Se trata de una conspiración de unos cuantos para vivir for ever and ever chupando de la teta pública o solidaria. Quien no se sienta asqueado y escandalizado por lo anterior, puede consultar al respecto el excelente blog de Anton Uriarte, CO2 o, por ejemplo, el artículo de Richard Lindzen Is the global warming alarm based on fact? Y es que os lo creéis todo. Es importante que os desprograméis. Sólo así podremos hablar otro día de Los Invisibles en serio. Os mienten. A todas horas. No hay buenos.


Leyenda Urbana #18: El cambio horario ahorra energía

En España, aceptamos esta chorrada sin protestar, en el convencimiento de que "está probado" que ahorra energía. Mentira cochina. Ni un dato concluyente, y os rtto a que lo encontréis. Para más inri, en España, mejor estaríamos con hora británica (¿o no pasa el meridiano de Greenwich por España? Nuestros políticos no tienen al respecto más que seguidismo, corrección política, falta de personalidad, complejo de inferioridad y europeísmo mal entendido. Desprogramaros. Os mienten a todas horas. Que yo sea un paranoico no quiere decir que no tenga razón. The End is Nigh.

sábado, 15 de noviembre de 2008

La vela te purificará


Detenido un chamán en Alcúdia que sodomizó a una paciente con un cirio para "curarla".


Sin duda la noticia del verano. Y ya si no es apócrifa, pues la leche. Imágenes que se me quedan en la retina:
  • El sargento de la Benemérita colocándose delante de la máquina de escribir Olivetti y metiendo en el carro dos hojas con papel carbón para redactar el atestado:
-Para lo que hemos quedao, Benito- dice, aflojándose el corbatín mientras se sienta.
-Y usted que lo diga, Sargento, y usted que lo diga.
  • El chamán, tiritando en el cayuco a solas con sus fantasías de Europa, del triunfo y la prosperidad. Meses más tarde, en el tajo, haciendo lo suyo, con los cirios en ristre, cual Di Caprio en el Titanic: I am the king of the wooooorld!
  • El chamán, repatriado a Senegal y llegando a su pueblo. Cuando después de saludar a toda la parentela, se sienta con sus amigos:
-Bueno, tendrás muchas cosas que contar.

-Mira que son tontos. No os lo váis a creer...

  • El redactor de la noticia, tachando "negro" y cambiándolo por "subsahariano". ¡Qué cosa más tonta es la corrección política!
  • El redactor de la noticia, inventándosela en una noche de cogorza atómica
-¿A qué no tienes huevos de publicarla mañana?

-¿Qué no? ¡A que la lío! ¿Qué te juegas?...

Y algunas incógnitas que me atormentan:
  • ¿Qué síntomas físicos tenía la paciente?: ¿frío en las extremidades? ¿hemorroides florecidas? ¿sofocos? ¿compulsión de colocarse en postura de perrito durante la entrevista?...
  • La paciente: ¿Se habría forjado una idea equivocada de lo que es "estar en el candelero"?
  • Ese pedazo de paciente, en realidad ¿por qué le denunció? ¿Qué queja tenía? Tal vez no notaba alivio en los síntomas...
  • ¿Qué clase de legislación permite meter velas encendidas por el orto de respetables señoras y castiga con la carcel una práctica sexual milenaria consentida (señoría, evidentemente habia consentimiento. No hay más preguntas)?
  • ¿Cómo realiza la Guardia Civil la investigación de si hay más pacientes del hechicero que han recibido el mismo tratamiento? ¿Busca quemaduras en las sillas? ¿sonrisas beatíficas? ¿o tal vez recurre al reconocimiento proctológico por sorpresa de las viandantes?
No creo que pueda dormir esta noche. Son demasiadas preguntas.

Semana Pulp: Protéico Gigante Broncíneo

No es que me apasione el Pulp, pero sí me interesa el Conceto de sincronizar el tema tratado en todos los blogs de la Liga. Creo que se produce un fenómeno viral en el que la audiencia alcanzada se multiplica. El método se utiliza en publicidad por Internet, ya que la audiencia de un contenido es proporcional al cuadrado de los puntos de difusión interrelacionados. Así que pongo mis dos centavos en el fenómeno Semana Pulp y sea lo que Dios quiera.

He elegido a Doc Savage, que no es ni la elección más original ni la más interesante literariamente, pero sí que es protagonista de dos de los experimentos revisionistas del Pulp más interesantes de los últimos cincuenta años:
No creo que lea esto nadie que no sepa, siquiera vagamente, quien era o es Doc Savage pero, just in case, se trata de un aventurero de los años 30, conocido como El Hombre de Bronce, que era una joyita: científico, atleta, maestro en artes marciales, ingeniero, médico, explorador y músico, among many other things. Así como cosas curiosas:
  • es protagonista de unas ciento ochenta novelitas super-pulp y lo sacó la editorial de La Sombra para explotar la receta del éxito conseguido y tal
  • ha sido entrenado en cuerpo y mente desde pequeñito para combatir el mal
  • aplicaba una especie de lobotomía a sus enemigos capturados, que se despertaban habiendo perdido las tendencias sociópatas y siendo miembros productivos de la sociedad
Esta es la pinta que tenía en el original


y esta que es la que yo recuerdo, en las portadas de las reediciones de los años sesenta
A mí el peinado, la camisa caqui rasgada, los bombachos y las botas altas me parecen de un rollito iconográfico entre gay y mariconcillo de España, pero probablemente son mis neuras.

La susodicha A Feast Unknown (1969) es una novela quizás típica en un autor atípico hasta en el nombre. Se trata de Philip José Farmer (1918) y, para los que penséis que se debe tratar de algún autorcillo de tres al cuarto que no conocemos más que cuatro friquis, pues me gustaría deciros que tiene dos premios Nébula y cinco Hugos, o sea que se trata de una eminencia en la ciencia-ficción norteamericana. PJF es también atípico por el tratamiento abundante y explícito del sexo en sus novelas y relatos (ver al respecto por ejemplo la novela Los Amantes o el relato La patrulla del amanecer de Henry Miller que, si no me traiciona la memoria, fue publicado por primera vez en Playboy). Y también, porque sus personajes frecuentemente son personajes históricos reales (Richard Francis Burton, Herman Göring, Mark Twain) o imaginarios (Tarzán, Jesús o el que nos ocupa en estas líneas).

En la novela, Doc Caliban (un no disimulado Doc Savage) y su medio hermano, Lord Grandrith (un no disimulado Tarzán), que comparten el ser hijos de Jack el Destripador -no me digáis que no es para cagarse de risa- son inmortales gracias a un elixir que tiene como efecto secundario que son impotentes excepto durante situaciones de extrema violencia. No me quiero poner muy sicalíptico pero esto lleva a situaciones que me recuerdan muchísimo al Almuerzo Desnudo de William S. Burroughs. Quien tenga oidos para oir, que oiga.

Por abreviar, aparte de ser enemigos mortales en constante erección, pues acabarán luchando juntos contra el Grupo de los Nueve, que quiere dominar el mundo. Lo normal.

Planetary es un comic posmoderno que profundiza en la deconstrucción del superhéroe iniciada en Watchmen. Los protagonistas son una especie de arqueólogos. Parafraseando a Alan Hossana Moore en su introducción a la edición española compilada de Planetary, se trata de encontrar el futuro de los comics buceando en su pasado y desenterrando sus tesoros.

Yo no soy fan de Planetary, porque me parece pretencioso, pero de esto hablaremos otro día; hoy Planetary ha venido a MIsurros por la presencia en sus primeros episodios de Axel Brass (Brass=latón), que es Savage puro excepto por los ojos azules:
En el primer episodio de Planetary, que es un homenaje quizás no muy sentido a la época del Pulp, conocemos (¡¡¡SPOILER!!!) a una sociedad secreta de Presuperhéroes de los años cuarenta formada por nuestro Savage, Fumanchú, Tarzán, La Sombra, Thomas Edison y un par de ellos más que no estoy seguro de reconocer. Se reunen en una fortaleza secreta en la cordillera de los Adirondacks para probar un ordenador cuántico que puede reescribir la historia, acabar con la segunda guerra mundial y arreglar el mundo. Pero la prueba resulta un fiasco entre otras cosas porque abre un portal que atrae a una Liga de la Justicia de una dimensión alternativa que pretende exterminar a todos los humanos del planeta Tierra para hacer sitio a la población de su mundo -no me digáis que no es para cagarse de risa-.

[Entre los miembros de la Liga alternativa se reconocen versiones de Superman, Green Lantern, Batman, Wonder Woman, Flash y Martian Manhunter. El que reconozca al otro que lo postee como comentario, por favor]

En la lucha entre los dos grupos, que dura unas dos viñetas, muere hasta el apuntador. El único superviviente es Doc Brass, que queda con las piernas destrozadas. El ordenador sigue encendido y Brass se quedará allí tumbado con sus pistolas sin comer ni dormir y vigilando que no vuelvan a entrar malosos por el portal hasta que es rescatado... en 1999.

Varios episodios más tarde vuelve a aparecer un convaleciente Brass sin mucho interés, pero me gustaría destacar que Planetary utilizará aquí el recurso de intercalar con el comic un pastiche de novelucha apócrifa con una aventura de Doc Brass, muy muy supermegapulp. Hasta en esto es deudor Planetary de Moore, que había utilizado esta treta con éxito tanto en Watchmen (Bajo la máscara, Sangre en el hombro de Palas, etc.) como en La Liga de los Caballeros Extraordinarios (El velo rasgado, etc.).

En fin, con tanto rollo sólo me gustaría concluir que el Pulp sigue vivo, pero no vigente y que claro que tenemos muchas deudas con el Pulp pero que afortunadamente, como todo buen arqueólogo sabe, llevamos ya generaciones edificando sobre sus ruinas. Está bien algún pequeño homenaje de vez en cuando e incluso podemos encontrar algún tesorillo hurgando entre los escombros, pero recrearse en él y elevarlo a categoría religiosa y a influencia seminal, a mí me parece masturbación compulsiva. Y a mí los curas me enseñaban ya de pequeñito que la masturbación frecuente deja ciego... Quien tenga oidos para oir, que oiga.

More on this, later.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Manifiesto Minimalista

No más ultraviolencia.
No más pirotecnia.
No más peripecia inverosímil.

Reivindica lo simple. 
2+2=4
Reivindica el haiku.
Reivindica la lectura lenta.

Dieciseis viñetas cuadradas por página.
Narrativa en tercera persona.
O en primera.
Historia lineal.

Quiero personas, no estereotipos.

No hay nada que de mas miedo que una persona aterrorizada.
No hay nada más violento que el odio y la frustración.
No hay nada más triste que el que se te muera el perro.
No hay nada más triste que la puta vida.

Estamos hartos de chulitos.

Me imagino una historia de un hombre de mediana edad que se levanta en la oscuridad todas las noches, se prepara un café a oscuras y reflexiona sobre su vida. Una caja de cerillas. No hace falta más.


LIBROS - UNA CAJA DE CERILLAS

domingo, 9 de noviembre de 2008

El fin de la infancia

Tan aburridos como siempre los estudios obligatorios para los que no queríamos ir a Misa no obligatoria. Intercambiábamos los tebeos y nos los poníamos sobre las rodillas, los codos acodados en la mesa fingiendo una concentración infinita para aprehender no se qué teorema arcano. Son doce años, porque ya al siguiente en vez de tebeos intercambiábamos revistas de chicas: otra manera de acabar la infancia.

Yo había llevado algún tebeo de Spiderman o de Flash Gordon, y me llegó un Conan. Era un Vértice guarrindongo de cartón y papel amarillento, a la moda que se llevaba. Nunca había oido hablar de él y desde luego, ese tebeo titulado El Monstruo de los Monolitos no fue lo que esperaba.

Para empezar este Conan no tenía superpoderes ni llevaba leotardos (como descubrí hojeando nerviosa e impacientemente las ¿128? páginas), lo cual supuso una cierta decepción inicial.

Tampoco parecía el Conan un tío particularmente listo. No es que fuera tonto pero desde luego no era el más listo de la clase.

Pero por la razón que fuera, no lo devolví (probablemente porque era demasiado arriesgado volver a intercambiarlo clandestinamente sin que nos descubriera el eunuco de turno). Y desperté.

De un mundo de leotardos y mamporros, pasé a un mundo de sudor y sangre.
De novias de toda la vida como Lois, Selina o Mary Jane a camareras y prostitutas adorables pero casi anónimas, efímeras, intercambiables y reemplazables.
De camaradas siempre fieles a traiciones dentro de traiciones.
De villanos recurrentes que siempre se escapan y siempre vuelven a bailar la misma pavana a una historia que avanza como si fuera una vida, a muertos que mueren y nunca vuelven sino que se quedan muertos, sólo en el recuerdo, como muertos de verdad.
De Guionistas sin pena ni gloria que pasaban por las franquicias sin ningún viso de continuidad a profecías que situaban al prota años más tarde como apodado El León, o más tarde aún como Rey de Aquilonia.

Y la sangre. En los tebeos de superhéroes no hay sangre, o por lo menos no la había entonces. Y aquí sí, sangre de verdad, decapitaciones de verdad, sacrificios humanos de verdad ¡y se consumaban! No llegaba la salvación en el último momento.

Fue también la primera vez que me enfrenté a Lovecraft. Entonces no sabía quién era Lovecraft y mucho menos que el creador de Conan, Robert E. Howard, además de suicida fue amigo y admirador de Howard Phillips, pero vi en los dibujos de Barry W. Smith y leí en el texto de Roy Thomas ese horror tan especial, tan oscuro y tan añejo, de dioses malvados, sin nombre y sedientos de sangre. Sólo para Adultos, o eso me creía yo entonces.


Años más tarde leí a Moorcock y al propio Howard y a Fritz Leiber y a todos ellos, y aprendí que había un género que se llamaba "Espada y Brujería". Incluso me percaté de que era un género en general genérico, adolescente y repetitivo. Y que le sobraban adjetivos y topicazos. También supe que había tenido mucha suerte en mi epifanía, que La Guerra del Tarim es uno de los mejores arcos argumentales clásicos de Conan y que era mucho mejor que mucho de lo que se publicó como Conan el Bárbaro o como La Espada Salvaje de Conan.


Pero lo que hicieron en los primeros 70, Thomas y Windsor-Smith (y los demás, pero menos), todavía se tiene en pie. En la audacia de lanzar el comic en una editorial que triunfaba y triunfaba con los superhéroes, en los guiones y sobre todo en el dibujo de Windsor-Smith, que además evolucionó durante el tiempo que dibujó Conan de ser uno más hasta ser uno de los autores más reconocibles y con más personalidad del tebeo norteamericano. Un dibujo que los que saben califican como con influencias prerrafaelitas y del Art Nouveu. Hiperdetallado, complejo, personalísimo, genial





¿Y por qué ha tenido Conan tanta popularidad, en los 30 (original), en los 60 (reedición), en los 70 (los comics), en los 80 (los flicks),...? Hoy me gusta pensar que el héroe pre-Conan es urbano, sofisticado (relativamente), (pseudo)culto y hasta decadente (y si no, miren The Authority por ejemplo) y que Conan reivindica el arquetipo del paleto (dicho sea sin componente peyorativo), el Buen Salvaje, el Red Neck de la América Profunda. Que desconfía de la civilización, que tiene su propio código, honorable a su manera, al márgen de la ley como los pioneros y que siempre esta en lucha contra ese otro arquetipo que es el hechicero (que ha adquirido ilegítimamente más poder del que debería tener por su propia fuerza (digo mérito). Y por cierto vence. Es otro fin de la infancia, el de la industria de los comics, que con Conan intenta capturar un público más obrero y más rural, que se identifica más con un bárbaro ceñudo que bebe cerveza en las tabernas que con un cientifico adolescente que inventa lanzatelarañas.

y además hay otros conanes. Pero de ellos hablaremos otro día.


miércoles, 5 de noviembre de 2008

La Moda Croata

Los misterios son difíciles de crear. Encontrar misterios verdaderos en la Historia, a estas alturas, está caro. Cuando uno se topa con uno, tiene que explotarlo, hacer merchandising, alquilarlo, elaborarlo, incluso -por qué no- sacar una línea de perfume o de comics o de algo con la marca del misterio. Al tiempo.

En 15xx, una de las primeras colonias inglesas en América, en la isla Roanoke (Virginia) quedó incomunicada con la metrópoli durante un par de años o asín. Cuando se restableció contacto, los ciento veinte habitantes habían desaparecido y la única pista de su paradero fue la palabra "Croatoan" en un poste. Nunca más se supo. Para quitarle un poco de mística al tema, por allí cerca vivia la tribu de los indios croatanos. No se sabe si los puritanos colonos fueron asesinados, huyeron, se unieron a los indios o qué.

Mola, ¿eh?

Sí pero entonces va la Cosa de la Moda y lo coge y se lo da a sus chicos para que hagan sus cositas croatoa, y en pocos años, la plaga:

100 Balas: Resulta que a la colonia la masacraron los milicianos del Trust como aviso a los monarcas europeos para que dejaran al Trust América para medrar. Entre otras cosas.

1602: Virginia Dare, colona de croatoa por excelencia, con Gaiman y los superhéroes Marvel.

Batman/Spawn: Un demonio Croatoan masacró la colonia y ahora ronda por Gotham.

La Tormenta del Siglo: El inefable Stephen King hace a los colonos cometer un suicidio colectivo porque se habían convertido en una secta satánica y tal y en las sectas satánicas, esto se lleva mucho.

En los Siete Soldados de la Victoria, Croatoan es muchas cosas:

  • Un dios perdido, encadenado
  • Un oráculo
  • Unos dados
  • El destino
  • Una sociedad subterránea de puritanos mestizos que abandonaron el mundo de arriba.
  • Seguro que otras dos o tres cosas.

De todo lo anterior, sólo podemos concluir que:
  1. La moda es la moda es la moda es la moda.
  2. Dentro de la vulgaridad, Morrison tiene siempre su puntito, unos decimos que inteligente, otros que gratuitamente complicado o pretencioso. Puedes votar.
  3. ¡Dios salve al Croatoan!

domingo, 2 de noviembre de 2008

Sabía que me sonaba


Es una imagen bastante turbadora, la de la portada del número 19 del volumen 2 de Los Invisibles, ¿verdad?
El enano Quimper subido encima del abdomen de Ragged Robin ¿dormida, inconsciente, muerta? en esa fase fetiche-bondage...

Pero la composición es demasiado peculiar para que si la has visto se te olvide. Sabía que sí...

Desde luego que sí. John Henry Fuseli, The Nightmare, 1781.

Los Invisibles, un ejemplo de tebeo en el que siempre hay más de lo que salta a la vista.

Abundaremos en el tema.

domingo, 26 de octubre de 2008

Soy un superhéroe y hace cuatro días que no me pongo los leotardos

y a duras penas lo resisto.

Y eso que me resulta difícil entenderme en esto. No me tengo por particularmente amante de la lycra, ni de la estética setentera ni de los musculitos ni de marcar paquete.

Pero me gusta perseguir a Catwoman por los tejados. Por ejemplo.

Cuando me psicoanalizo y me pregunto por qué a mí -maduro, culto, sofisticado, decadente- me gustan los tebeos de superhéroes, me quedo un rato pensando sin llegar a ninguna conclusión.

Probablemente tiene que ver con el escapismo, con la sublimación, con la frustración no reconocida de una vida sin Villanos, sin Epica, sin Peleas, sin Salvar al Mundo. Es un poco esquizofrénico pero no es tan raro. Pasa en las mejores familias

A Alonso Quijano le pasaba lo mismo ya hace tiempo y, si no se le llega a ir la mano con las setas entre los duelos y los quebrantos, nadie lo habría notado; entonces los tebeos de superhéroes se llamaban novelas de caballerías pero era parecido.

También puede ser un tema económico. La verdad es que no tengo mucho tiempo para leer y la continuidad y las convenciones del género me proporcionan un contexto muy rico sobre el que apalancar una historia sin necesidad de imaginar el mundo desde cero, que es un coñazo y requiere tiempo: Antes de empezar un tebeo de Batman, sé ya tantas cosas de Bruce Wayne y su co(ho)rte de efebos y archinémesis, tanto de cómo afectó Gwen Stacy a la tardoadolescencia de Peter Parker, tanto de la relación de Tony Stark con el alcohol y las mujeres, tanto de las contradicciones de Oliver Queen y de Hal Jordan, tanto monta, monta tanto...

Incluso puede estar ligado a mi concepción posmodernista del arte: nada más divertido y emotivo que jugar, versionar, homenajear, extrapolar y deconstruir. Como en la Alta Cocina. Y en el género tenemos caldo de cultivo sabroso, materia prima rica en nitratos. De hecho, las mejores historias de superhéroes están (en mi -no tan- humilde opinión) siempre en los límites del género. No por obvios voy a omitir citar aquí Miracleman, El Retorno del Señor de la Noche, Watchmen, The Authority o The Ultimates.

O puede que sólo sea infantil o loco. Algo de eso se comenta. Recuerdo una rubia en Siete Soldados de la Victoria que tiene mi mismo síndrome y se pregunta:

"...¿Cómo se distingue entre un superhéroe y un fetichista con tendencias suicidas?
...¿es cuándo te unes a un supergrupo y tu psicosis queda validada por el consenso?..."
Así que ya sabéis, yo puedo salir de patrulla los martes y los jueves por la noche. Prefiero buscar superchorizos que científicos malvados. Si alguien se anima, que me deje una nota.

Y sí, como se sostiene en El Lio de los Sinestro Corps, los macroeventos y los crossovers son un coñazo marquetiniano, en el sentido peyorativo del adjetivo, pero incluso en los muladares hay perlas y si no, pensad por ejemplo en Identity Crisis.

y además, con no leerlos es suficiente.

Pero no te creas que me convenzo, ¿por qué los superhéroes y no los westerns o los de piratas? ¿Es casualidad y sólo por qué soy de mi circunstancia? Puede, pero no creo.

Puede haber un tema sexual. Me parecen inquietantes las reflexiones de Morrison en su Bulleteer o la relación entre Nite Owl y Silk Spectre en Watchmen pero... no se.

Abundaremos en el tema.