viernes, 26 de diciembre de 2008

El mejor muerto

"Best Man Fall" no significa en absoluto "Cae el Mejor" sino "El mejor Muerto". Se trata de un juego infantil en el que gana el que mejor se hace el muerto cuando sus compinches le asesinan figuradamente.

Ese es el título del #11 del volúmen 1 de Los Invisibles, y hace referencia tanto al juego que practicaban Fred Murray y sus amigos, de niños, como a la propia muerte de Freddie, que es abatido a tiros por King Mob en el #1 de la serie.

En este episodio, aquel tiroteo -que era casual y cuyas víctimas eran anónimas- se revisita desde el punto de vista de una de las víctimas. Me resulta muy interesante por múltiplestortuosasrecónditas razones:



1) Descomoditización: Uno de los temas recurrentes de Los Invisibles es la comoditización e indiferenciación de las personas. Es habitual en películas, novelas y tebeos objetualizar y minimizar a los personajes no centrales. Los malos las espichan como Pindonguito y a esto no se le da ninguna importancia ni emocional ni intelectual. La existencia de los malos sólo sirve para que mueran en un momento dado y hagan así avanzar la peripecia. Aquí se hace un interesante cambio de perspectiva por el cuál sabemos bastante más del soldado anónimo que muere en sus primeros cinco minutos de participación en la historia que del glamuroso héroe que no es más que un estereotipo pop.

2)Relativización. Resulta que Fred Murray es una persona con una vida detrás, vida que por cierto tiene todos sus momentos cumbre precisa y emotivamente condensados en las páginas de la historieta en cuestión. Y no es un tío tan malo. Como no podía ser de otra manera, no es sino producto de sus circunstancias. Sin embargo, en su trabajo, uno más, proletario donde los haya, llegá un gachó asesino impío que arrasa Harmony House como un desastre natural y pone fin a una vida cutre pero individual. ¿Quién es el malo ahora? ¿¿De qué lado estás??

3)Recapitulación. Es público además de incomprobable que cuando uno está muriendo, toda su vida desfila rápidamente ante sus ojos. El término técnico que en psicología describe este fenómeno es "recapitulación". Y esta es la técnica que se utiliza para contarnos la vida de Fred Murray, con saltos en el tiempo atrás y alante y presentando algún acontecimiento que ya ha ocurrido o que ocurrirá más adelante, desde el punto de vista personal de Freddy. La verdad es que el guión de este episodio es técnicamente perfecto y nunca he visto una narración condensada de precisión tan milimétrica. Este es uno de los episodios que le hacen a uno quitarse el sombrero y soñar con que Míster Morrison alcanzara habitualmente estas cotas y no fuera tan irregularmente Míster Morrison.

4) Interconexión. En Los Invisibles, todo está conectado. Todos los acontecimientos ocurren simultáneamente y cualquier personaje en cualquier momento de la serie puede ver o escuchar espejismos o resonancias de otros acontecimientos. A veces hay que estar despierto para pillarlos. Aquí hay uno que me es muy querido: Cuando Freddie está en la cuna con su muñeco, se oye una voz: "Eddie dice que le llame Booby" (Eddie says to call him Booby) y como resultado Booby pasa a ser el nombre del muñeco. Lo que Eddie decía en realidad, a otro personaje y en otro momento, era que rezase a Buda (Eddie says to call on Buddha, que suena muy parecido a Eddie says to call him Booby). Hay que leerse otros treinta episodios para entender esto, lo cual da que pensar que la improvisación y el caos que parecen gobernar el proceso creativo de Míster Morrison no son tales.


5) Todas las anteriores. La portada es:
-el emblema de la RAF
-el soldado como diana (comoditización)
-la imagen de Fred Murray con la camiseta de su asesino de fondo. Podemos observar esta en una de las últimas portadas del volúmen 2, que reproducimos aquí. Por cierto, aquí está ensangrentada como por heridas de bala (Del Brit Pop hablamos otro día).












Cambiando de tema: Diciembre, mitad de posts, doble audiencia. De seguir la progresión, pronto viviré de la publicidad. Os quiero.

Ah, y me voy a Laponia. ¡Que os den!


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