sábado, 29 de mayo de 2010

Ozymandias: Descanse en Paz

Muchos ya sabéis el motivo del silencio de este blog en las últimas semanas: De los dos que nos alternábamos escribiendo nuestros somormujos, detritos y ponzoñas, uno ya no lo hará más.

De todas las maneras tontas de morirse, de tétanos (sí, de tétanos por pasar de irse a ponerse la inyección después de tener un accidente en bici) está alta en el ranking y, de alguna manera, es apropiada.

Ozy vivía intensamente y de manera no convencional y su muerte (su agonía) ha sido también intensa y no convencional. Yo creía que ya nadie moría de tétanos. No me lo podía creer mientras le veía en el hospital, entubado, rígido, con el cuerpo curvado hacia atrás. Puta mierda de vida, puta mierda, puta mierda, mierda puta.

He pensado en dejarlo. Dejar este blog, que era tan de los dos. Nadie adivinaba nunca qué post escribíamos cada uno. Es como un adulterio seguirlo sin él, pero por otro lado... A él le hubiera gustado que siguiera, habría dicho que qué tienen que ver las orejas con comer trigo, que porqué hacer de la muerte un hecho relevante, que el número de átomos del universo sigue siendo el mismo, que el muerto al hoyo y cuatrocientas paridas más. Era cínico el jodío.

Así que creo que seguiré. No es que me apetezca mucho pero lo intentaré. Claro que Rorschach es sólo Rorschach, pero bueno.

Aprovecho para agradecer todos los mensajes de apoyo que he recibido en los últimos días. Tal vez por ellos seguirá el blog. Me han ayudado mucho.

Por terminar, contestaré a las preguntas más frecuentes recibidas en el mail del blog los últimos días, a las que me da la gana contestar, claro.

-No, no desvelaré la identidad de Ozy. Rorschach y Ozymandias seguirán en el anonimato, forever.
-Sí, eramos amantes. ¿qué pasa?
-Ozy era empresario. Tenía una empresa de desratización y otra de limpieza de fosas sépticas. No es coña.

Ay, Ozy, ay. ¡Qué sola me has dejao!

domingo, 9 de mayo de 2010

El Quincunce (#1: estructuras)

Una novela. Cinco partes que corresponden a cinco familias y cinco escudos de armas y un árbol geneálogico que se va rellenando al final de cada parte.

Cada parte tiene cinco libros y cada libro cinco capítulos. La estructura de los narradores de cada capítulo y libro se repite simétricamente.

La novela tiene por lo tanto ciento veinticinco capítulos. El punto central de la novela es -obviamente- el centro del tercer capítulo del tercer libro de la tercera parte... y no sólo en el sentido longitudinal. Es aquí donde la madre de John en su diario hace algunas revelaciones para comprender la trama, pero están arrancadas por lo que falta la pieza central y clave para interpretar el libro.


Adicionalmente, la estructura de partes, capítulos y libros da la combinación de cierta cerradura que un personaje tiene que abrir durante la peripecia...


Los lemas de las distintas familias están interrelacionados unos con otros.

Los Huffam. Tuta Rosa coram Spinis: Todas las rosas esconden espinas.

Los Mompesson. Cancerata pereat Rosa: En verano muere la rosa

Los Clothier. Devant si je puis, en crabe si je dois: De frente si puedo, de lado si debo.

Los Palaphramond. Devant si je puis, pour gagner la rose: De frente si puedo, para ganar la rosa.

Los Maliphant. Nulla Rosa sine Spinis: No hay rosas sin espinas

Los escudos de armas de las familias también son variantes unos de otros, con las cinco rosas del quincunce como leit-motiv omnipresente.

¡Qué agradable que los novelistas curren y no que vayan balbuceando lo que se les pasa espontáneamente por la cabeza!

domingo, 2 de mayo de 2010

A los olivarillos...

Camarón es, ha sido y será sin duda el más grande.
Pero le producían muy mal, o por lo menos la producción de la época era muy distinta de lo que a mi me gusta. Orquestaciones, reverberaciones....

A Camarón sólo se le puede escuchar a palo seco o con la guitarra de Tomatito o antes de Paco de Lucía, y en directo, siempre en directo.

Lo que habría dado por estar en París en el Circo de Invierno en 1987...

Cigarra, canta cigarra,
ya para tu sonsonete
que tengo una pena en el alma,
como un puñal se me mete,
sabiendo que cuando canto
suspirando va mi suerte
bajo la sombra de un arbol.


Y al compás de mi guitarra
canto alegre este guapango
porque la vida se acaba
y no quiero morir soñando
como muere la cigarra.


La vida,
la vida,
la vida es,
es un contratiempo,
la vida es.


¿Y hoy? Pues esto es muy discutible. Para mí, Miguel Poveda y Duquende. Aquí les tenéis a ambos por lo bastante ortodoxo, con Chicuelo a la guitarra.


Y aquí por lo heterodoxo con Faiz Ali Faiz, otro monstruo pero este paquistaní.

Y ahora, a pesar de que fue en 1992 cuando ganó la lámpara minera en el festival de La Unión, al estrellato total. ¿Receta? un poco de copla, un poco de Almodóvar, (BSO de Los Abrazos Rotos) y mucha inquietud, mucha. iremos a verle a ALCALÁ DE HENARES el 27 de agosto en el Palacio Arzobispal.