martes, 14 de diciembre de 2010

Otro pedazo de mi vida por el fregadero

Ay, negra, si tú supieras...
La esposa triste se bañaba...
No duerme nadie por el cielo...
Qué bien se yo la fuente que mana y corre...
A dibujar esa rosa...

¿Quién te escribirá canciones de amor?

Pues ahora ya nadie, nadie, nadie, no duerme ya nadie.



viernes, 10 de diciembre de 2010

¡Ah, qué buen vasallo si hubiere buen señor!

Todo el mundo alaba de forma unánime el All-Star Superman de Morrison y Quitely. La unanimidad siempre es una cosa sospechosa; con decir que sólo se da en las dictaduras, las iglesias y en la apreciación artísitica colectiva del All-Star Superman, rematada con no se cuántos premios Eisner (equivalente al Oscar para los comics en USA)...

la línea All-Star de DC Comics da libertad creativa y de ritmo de trabajo a guionistas y dibujantes de primera división, sin escatimar nada, para que escriban historias que revitalicen y revaloricen las principales propiedades de DC (Batman, Superman...). Hasta ahora sólo llevan publicados el Batman y Robin de Miller y Lee y el Superman.

Frank Quitely (Quite Frankly) ha colaborado muchas veces con Morrison. Así de memoria en New X-Men, en Los Invisibles, en We3. Y siempre es él mismo. Manierista, personal, de anatomías anoréxicas y piernas imposiblemente largas. Recuerda mucho a El Greco. En esta historia es el responsable del proverbial menton cuadrado de Superman, de ese cuello absurdamente grueso de granjero de Kansas adicto a los esteroides y de una Lois Lane sque resulta sexy según la sensibilidad contemporánea. También es el responsable de dejarse colorear por Grant, que demuestra cuánto han avanzado las posibilidades cromáticas en los comics desde los tiempos clásicos de la cuatricomía.

Todo este comic es un ejercicio neoclásico, en el sentido esteticista del término, revisitando los planteamientos del superman primigenio desde una sensibilidad más moderna y desde mayores posibilidades técnicas, pero siempre respetuoso y fiel a los planteamientos originales. Y es en este enfoque noeclásico donde reside la clave del éxito de este tebeo. Es el tebeo ideal para el adulto que de pequeño leía Superman y -tantos años después- empieza a hojear este y se vuelve a enamorar. 

Pero no es mucho más: Superman sigue siendo igual de bobo que hace cincuenta años, las tramas siguen siendo igual de improbables -incluido el que unas gafas y un cambio de peinado basten para que nadie reconozca a Kal-El cuando se disfraza de Clark Kent-, etc. 
Hoy ya no hay sitio para la exploración de la soledad del superhombre y su complejo de Mesías. No después del Miracleman y del Dr. Manhattan de Alan Moore. En un mundo decadente y posmoderno, el narrar peripecias acartonadas y simplistas de personajes-más-grandes-que-la-vida, repitiendo por milésima vez los planteamientos, no aporta absolutamente nada al acervo cultural de Occidente. 

Hay quien dice que los superhéroes no deberían evolucionar, que cuando pierden su ingenuidad, pierden su grandeza arquetípica. Que humanizarlos es bastardizarlos y prostituirlos y vulgarizarlos.

Pues bien, quede este superman para los nostálgicos de la repetición infinita de la misma historia, para los muy partidarios del eterno retorno de lo idéntico. Para los que necesitan que la tierra sea algún día del superhombre.

Yo me muevo a la siguiente casilla porque francamente...


lunes, 6 de diciembre de 2010

Es un mundo extraño. Mantengamoslo asín.


Hay un bar en una región remota de Kazakhstan que se llama El Ultimo Trago. Está en las inmediaciones de una base ex-soviética en la que se realizan pruebas nucleares subterráneas. Los soviéticos, con esa mezcla de materialismo histórico y espiritualismo neo-ortodoxo que les caracteriza financiaron una división investigadora que


...estableció que el alma humana es un campo electromagnético. Las soluciones de las ecuaciones proporcionan autovalores que se pueden interpretar como dos polos atractores en contraposición. Como si el Cielo y el Infierno fueran dos máquinas de guerra en lucha eterna la una contra la otra, y como si las almas fueran su carbón, su combustible.

En este bar es donde se estafa a La Otra Vida. Los campos electromagnéticos son destruidos terminalmente por las explosiones nucleares. Los que quieren escapar de la rueda del Karma, los que no están dispuestos a pasar la eternidad en el infierno pero que tampoco aceptan rendir homenaje al Altísimo, acaban enterándose de la existencia del bar por algún susurro en Internet. Toman su última copa aquí y se hacen una foto. La tradición es clavarla en el corcho de la pared.

Después se atan a una prueba nuclear subterránea.
 ¡Por los muertos triunfantes!...

Algo así decía Ellis en Planetary. I am not going to check the accuracy of the quotation. No way.

sábado, 4 de diciembre de 2010

El espectáculo debe continuar.

by Rorschach

Ya se, ya se. Ya no es lo mismo. Pocos posts. Y erráticos. Y de calidad mediocre. Pero es que la verdad es que mi vida atraviesa por unos momentos muy complicados. A los problemas de salud y el cambio de ciudad de residencia y de trabajo, hay que sumar que no me he recuperado del deceso de Ozy. Y no lo haré. Pero no podemos languidecer simplemente por la ausencia del tristemente. Así que inauguramos otra etapa en Misurros.

Le sustituye Sushitoro que, aunque no se llama así, podría hacerlo. Con ustedes. Mallorquina y parte de la casi inexistente lumpen-inteligentsia de Palma. De verbo acerado, cínica y juguetona, probablemente nos regale con momentos de epifanía. O no. A veces sólo se entiende ella. Depende de en qué fase de la medicación esté.

A regañacolmillos ha aceptado, pero lo hará. Las reglas son las mismas de siempre. Y como no podría ser de otra manera, la primera regla de Misurros y Berreas es que no se habla de las reglas de Misurros y Berreas. Por lo demás. Posts intercambiables de manera que no se sabe quien está a la sombra de quién...
Welcome to the house of pain, Sushitoro.