lunes, 21 de diciembre de 2009

Paracoita by Stuart Cunningham (epílogo)



...Maestro, cuando estuve en el Quasar, tuve una paracoita, una muñeca, ya sabe, una genicona, tan hermosa, con grandes pupilas oscuras como pozos, e iris purpúreos como los pensamientos que florecen en verano, Maestro, ramos enteros de ellos se reunieron para hacer esos ojos, esa carne que parecía siempre calentada por el sol...

La Sombra del Torturador, Gene Wolfe.

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