¡Me encanta el olor del napalm al amanecer!
mmmm.
Me encanta también el color amarillo del humo del napalm. Me encantan las llamas, más amarillas que rojas.
No es difícil hacer el napalm, como sabe cualquiera que haya leído El Club de la Lucha. Basta con poner gasolina al baño maría e ir añadiendo jabón lagarto rallado hasta que la mezcla alcance la consistencia de un gel espeso. Sólo hay que tener cuidado con su alta inflamabilidad.
Hoy sí ha salido de la madriguera a plena luz del día el topo de los huevos. Parecía un superhéroe, el cabrón: La Antorcha Mustélida, le llaman, al miserable roedor. Nunca imaginé que tuviera una voz tan chillona.
Se vende finca urbana en Galizia, con permisos de edificación y libre de plagas. La demolición va por cuenta del comprador. Precio Negociable. Después de todo, ¿para qué quiero yo una casa en el puto campo?
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