Sobre la propiedad intelectual hay mucho que hablar, como sobre casi todo.
Al final del día, no pasa más (ni menos) que aparece un nuevo canal de distribución que deja obsoletos a los demás y mucha gente que estaba ganando mucho dinero, deja de ganarlo. Esto ha pasado cuatrocientos millones de veces a lo largo de la historia y siempre ha sido el mismo drama, pero también siempre acaba de la misma manera: el campo sigue sin puertas y los guardianes del pasado esplendoroso van a casa a lamerse las heridas, suponiendo que su flexibilidad anatómica todavía se lo permita.
Me gusta poner el ejemplo de Blade Runner.
- La vi en el cine en la universidad porque no me apetecía ir a clase. Pagué.
- Luego fui con mi novia a verla al cine. Pagué,
- La pusieron en Canal +. Pagué.
- La dieron en abierto en otra cadena. Me tragué mis anuncios, que es una forma de pagar.
- Me la compré en video Beta. Pagué
- El Beta desapareció. Tenía el irracional deseo de verla en mi nuevo video VHS. Tuve que volver a pagar.
- Luego salió el Laser Disc. Pagué.
- El laser disc fue un fracaso comercial. Tuvimos que conformarnos con el DVD. Pagué.
- Ya se cómo acabará la historia del Blu-Ray... No pagaré ni de coña.
Tengo un PC sin lector de DVDs y varios discos multimedia de los que he pagado el canon correspondiente.
Ahora mírame fijamente a los ojos y dime que no puedo ripear o bajarme Blade-Runner para verla en mi PC. ¡Pero si debería ir mi nombre en los créditos de la película como uno de los que han dado soporte financiero para el proyecto! Dime además que no puedo, no porque hay que fomentar el consumo de electrónica de consumo, sino porque les hurto a los que poseen la propiedad intelectual.
Amos, no jodas. En fin. More on this, another day.
Pues la semana pasada me pasaba una cosa muy Blade Runner con Starcraft. Starcraft es un juego clásico de ordenador (1998) que redefinió la categoría de los juegos de Estrategia en Tiempo Real (RTS) y que también supuso un salto cuántico en los juegos en red, tanto en una red local (¡ay, qué bien nos lo pasabamos en la Uni!) como a traves de internet, con su prodigioso sitio Battle.Net. Yo creo que doce años después sigue siendo el más grande, aunque la empresa que lo creó (Blizzard) derivó -o mejor, el mercado derivó- a rollitos menos estratégicos tipo World of Warcraft, que son más roleros pero que se centran más en la microgestión de personajes concretos que en la campaña militar en sí. Así que después de una expansión, llamada Brood War, el juego languideció... relativamente: Diez millones de copias vendidas, 37 premios, canales de TV monográficos, torneos profesionales en Corea con audiencias superiores a 120.000 personas, y un servidor on-line cuyo tráfico ha crecido el 800%.
Para mí se trata de un destilado único de planificación e improvisación bajo estrés, que además presta atención a todos los aspectos de una campaña militar: Los recursos, la intendencia, la logística, el reconocimiento, la inteligencia, la superioridad numérica, la tecnológica, la velocidad, las particularidades del terreno, etc.
Es una Ópera Espacial divertidísima jugando contra la inteligencia artificial del ordenador, pero ya si juegas en red y lo que tienes enfrente es un cabrón tan retorcido y tan hijoputa como tú, pues es lo más grande.
El caso es que hace poco me enteré de que ¡por fin! van a sacar la secuela Starcraft 2 y me entró morriña pero...
Bueno, pues que en la vida de los ricos se cambia de ordenador cada cuatro años. El complejo tecnológico-industrial lo ha montado así y todavía no hemos sido capaces de evitarlo. El caso es que en uno de esos cambios ya me tocó inevitablemente pasar de Windows 2000 a XP y el juego nunca volvió a funcionar en la nueva plataforma. Como en el chiste, diremos que de Vista ni hablamos.
Luego me compré un Mac e intenté también instalar el Starcraft en la partición de Windows, sin éxito. Como soy cabezón que te cagas, la semana pasada decidí que iba a jugar al Starcraft en mi Mac, y en Mac OS X nativo. Al final lo he conseguido pero no ha sido fácil. Me habría gustado hacerlo de manera totalmente legal pero no ha sido posible. Ni actualizando mi licencia de Windows a una de Mac (pagando) ni siquiera volviendo a comprar el juego para Mac. No hay forma de comprar el producto que quería, que es lo mismo que pasa con muchas canciones originales que no consigues que te vendan pero que es ilegal bajar. Por aquí guardo mis cds originales de Starcraft y de Brood War que supongo me servirán de atenuante si no de eximente cuando me quieran llevar al trullo.
Dejo aquí dicho como se hace por si alguien tiene las mismas paranoias y para ver si Juanito y Angelito lo reconstruyen y nos echamos unas partidas por internet de escándalo. Quiero aclarar además que cuando salga Starcraft 2 me lo compraré. Merece la pena.
- Primero uno se consigue una copia del juego en Mac OS 9. Esto a lo mejor se puede comprar. Yo no lo he conseguido. En cualquier caso, es fácil con Google, Megaupload y esas cosas.
- Luego uno se baja de la página oficial de soporte técnico de Blizzard el parche que actualiza el juego a la versión 1.161
- Afterwards se baja uno de la nube un instalador nativo de Starcraft para Mac OS X.
- Luego se consigue un número de serie válido de Starcraft, bien sea porque guardas la caja del juego original o de cualquier otra manera.
- Ahora que ya tienes todo lo necesario, monta la imagen del juego (la copia que conseguiste) en el Mac.
- Ahora ejecuta el instalador nativo. En algún momento del proceso te pide el número de serie.
- Ahora se abre el parche, se seleccionan todos sus contenidos y se copian en Aplicaciones - Starcraft Folder - Starcraft Files.
- Después, y en esta misma carpeta, se borra la carpeta Maps y se le cambia el nombre a la carpeta Rename Me Maps. El nuevo nombre es ... Maps.
Ya está. el juego se puede ejecutar con el acceso directo o desde el finder. Buen finde
¿Ha llamado alguién a un exterminador?
No hay comentarios:
Publicar un comentario