martes, 25 de agosto de 2009

Entre Macondo y Valinor

Un libro que comienza con una cita:

¿Qué le importan las vidas anónimas, breves... a Galactus?

Los Cuatro Fantásticos
, vol. 1 #49, 1966, Stan Lee y Jack Kirby


y termina con la descripción de una viñeta del #12 de Watchmen (sí, aquella en que Adrian Veidt le pide aprobacion a Ostermann ...Todo terminó bien ¿no? y el Azul le contesta que Nada termina nunca...).


Entre medias, la vida de un loser total, con todas las características del perdedor del siglo XXI:
Nerd, pobre, negro, gordo... Me recuerda a El Color Púrpura, de Alice Walker:

-Mírate. Eres negra, eres pobre, eres fea, eres una mujer. Vamos, que no eres nada.


En fin, un tipo con cero habilidades sociales y probabilidad cero de levantar a una jevita.
De trasfondo, la historia de una familia, la de una dictadura y la de la República Dominicana en el s. XX, siempre viviendo entre el Telón de Plátano y los caprichos (whims) del hermano Mayor.

Improbable combinación de ingredientes que milagrosamente resulta sabrosa, como algunos maridajes de vino y chocolate, contra todo pronóstico.

Los Pulitzer son simpáticos. Siempre me gustan. Los premios tienen personalidad, como los perros: Los Goncourt son siempre tostones, los Planeta infumables, los Nadal una garantía, los Hugo un poco simples, los Bookers' intelectuales... En España no se le da mucho bombo a los Pulitzer -si acaso a los de periodismo y fotografía-. No se porqué.

Mis Pulitzer preferidos:

  • Las uvas de la ira, de John Steinbeck, 1940
  • La conjura de los necios, de John Kennedy Toole, 1981
  • Los reyes del mambo tocan canciones de amor, de Oscar Hijuelos, 1990
  • Maus: Relato de un superviviente, de Art Spiegelmann, 1992
  • Las fantástias aventuras de Cavalier y Clay, de Michael Chabon, 2001
  • La maravillosa vida breve de Oscar Wao, de Junot Díaz, 2008

La de Oscar Wao es una Buena Novela, que trabaja en la remotísima y desconocida frontera entre El Señor de los Anillos y El Otoño del Patriarca, entre Superman y las Bene Gesserit y Amaranta Buendía. Además, sin más pretensiones que las justas. Mola (dictamen final, Rorschach dixit).

2 comentarios:

Unknown dijo...

Curiosa la teoría de los premios con personalidad, aunque los Booker... ¿intelectuales? Me cuesta un poco verlo (El paciente inglés, El Dios de las pequeñas cosas, La vida de Pi), más bien diría literatura buenrollista y un tanto romanticona. En los Pulitzer, coincido 100% (si acaso añadiría a Faulkner, en este pueblo es devoción lo que se siente por Faulkner). Larga vida a Ignatius Reilly!!!

Rorschach dijo...

Yo soy muy de Faulkner, pero "Una Fábula" es una obra menor, me quedo con Santuario.