jueves, 12 de noviembre de 2009

Balada del nuevo Dios


He decidido que soy divino.
Calígula y Nerón supieron
de una divinidad como la mía,
pero ellos tienen fecha de caducidad.
Estan muertos, y qué puede hacer un Dios muerto?
Yo estoy aquí y ahora. Soy dinamita.
Si fuera vos, me adoraría.
Esta noche empieza una religión!

Nada de alcohol, de porro, de sexo, de cerdadas:
Decreto que todo eso es tabú.
Mis palabras serán tu vino único,
pensar en mí tu dulce rocío.
Evitarás todo pensamiento ajeno a mí.
Serás un Thomasita
y cantarás himnos en mi honor con tus alaridos.
Esta noche empieza una religión.

Pero (podrás pensar), es una burrada!
yo soy tan Dios como vos.
Podrás haberte creado un altar,
pero no voy a arrodillarme. Quién
te pidió ser mi Dios? Yo,
y siendo Dios tengo divina razón.
Ahora vas a tener que unirte a mi séquito:
Esta noche empieza una religión.

Este es un poema de Thomas M. Disch, al que dediqué mi post anterior, en traducción de Ramiro Sanchíz

No hay comentarios: