domingo, 8 de marzo de 2009

Watchmen (#1 de 4): Licencias y Ausencias

Licencias. Pocas se ha tomado Zack Snyder, que se debate sin resolverse entre la fidelidad y la necesidad. Entre la fidelidad obsesiva-manierista a viñetas/encuadres y la necesidad comercial de adaptar (prostituir, dirán unos, trasponer dirán otros) una estructura narrativamente pausada, onanista y precisa a una necesidad rítmica, líneal y horizontal: la del aborrecible cinematógrafo.

Pero de si es una buena o mala película, ya hablaremos otro día. Hoy no.

Hoy licencias. Algunas (pocas) licencias:
  • El Doctor Manhattan presente en la llegada del Hombre a la luna (en realidad, una conjetura razonable)









  • El Comediante matando a Kennedy en Dallas (en realidad, una extrapolación de una broma que hace Blake en una fiesta):
-No, chicos, estoy limpio, pero no me preguntéis dónde estaba cuando supe lo de Kennedy.
(Risas)

Y Ausencias. No podían estar todos, ni siquiera en las casi tres horas de película, ni siquiera con un diseño de producción tan cuidado y una fidelidad tan impresionante a viñetas y encuadres. Tal vez sea que Watchmen es más una serie que una película. Una serie estrenada sólo en la Tele habría sido muy Cosa de la Moda, y no olvidemos que ni Novela Gráfica ni leches, que Watchmen era un tebeo mensual. Producto de consumo, chaval, en papel malo y con un colorista (Higgins) rutinario y de paleta limitada, por ser amable. De aquellos mimbres, este cesto, así que un poquito de fidelidad al espíritu original habría molado.

Faltan:
  • Los extractos de Tras la Máscara, la autobiografía de Hollis Mason.
  • El cuento de piratas de Las Historias de la Fragata Negra. Hay quien dice que la verdadera vuelta de tuerca posmoderna habría sido anunciar la película de Watchmen y que sólo saliera la historia de piratas. No le falta razón.
  • El artículo Sangre en el Hombro de Palas Atenea.
  • El asesinato de Hollis Mason.
  • Ese quiosquero que podría llamarse Diógenes, filósofo cínico y cotidiano.
  • Una historia de amor y desamor entre una lesbiana taxista y otra artista. Improbable.
  • La historia personal del psiquiatra que pasa los tests a Rorschach en la carcel (Cuando te asomas al abismo, el abismo acaba asomándose a ti...).
  • Una mirada menos apresurada a Ozymandias, que es mucho más complejo que en la peli, y sin duda el peor tratado cinematográficamente de los vigilantes (...Llamad a los de los muñecos y decidles que cancelen la ampliación de la línea Ozymandias. Si preguntan por qué, decidles que yo no tengo ningún enemigo...)
Ausencias. Dicen que las elecciones que hacemos nos definen, pero por lo que no elegimos. Pues sea. Aquí hemos elegido podar ramificaciones y podar el caracter coral. Con los seis Iluminados, ya teníamos bastante.

y, best for last, hay otra ausencia. La más reveladora y divertida. Pero para regocijaros con ella, creo que tendréis que leer el siguiente post, que se titulará algo así como Reagan attacks!!

1 comentario:

Unknown dijo...

Pues no me atrae mucho, la verdad. El cine y el cómic son lenguajes totalmente distintos y hacer una adaptación tan literal convierte un cómic (perdón, novela gráfica) obra-maestra en una película del montón. O sea, un sacrilegio!!!!

Se necesita a un genio como Peter Jackson para poder adaptar una obra maestra y que siga siendo una obra maestra en otro medio y el Zacarías este no prometía mucho. Lástima que tanto Terry Gilliam (Brazil) como Darren Aronofski (El luchador, Pi, Requiem por un sueño) terminaran por abandonar Watchmen, al menos hubieran aportado algo original (aunque si tíos listos como ellos desistieron, por algo sería.. :-)

Me quedo con la relectura del cómic y sus 4 artículos que por lo visto dan info más que suficiente de la película. Y a todo esto... ¿qué opina Alan Moore :-) ?