Santa Claus, ese viejo vicioso y borrachín, se vino a vivir aquí para que
no se le escaparan los elfos fácilmente, y cuando lo hacían, caminando
sobre la nieve, él les perseguía en su trineo con su compadre Rudolph que
le iba alumbrando el camino con una linterna roja.
Menos mal que les mataron los Reyes Magos...
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